Thursday, June 10, 2010

"Cada oveja con su pareja": La relación de pareja a la luz de "Cinco horas con Mario" de Miguel Delibes, Cap. 9, 10 y 11. Parte 1


Dice la contratapa del libro de Ed. Destino S.A. 2009 " Una mujer [Carmen] acaba de perder a su marido [Mario, español, RIP 24.03.66, a los 49 años de edad] y vela el cadáver durante toda la noche. Sobre la mesilla hay un libro -la Biblia- que la esposa hojea, leyendo los párrafos subrayados por el hombre que se ha ido para siempre. Una oleada de recuerdos le viene a la mente y empieza un lento y desordenado monólogo en el que la vida pugna para hacerce real otra vez. [...]"


Miguel Delibes, uno de los hombres españoles de letras más grandes de la post-Guerra Civil, fallecido en marzo de este año, ambienta esta magistral novela en la epoca de la dictadura franquista y retrata con absoluta maestría - y lo digo desde el punto de vista psicológico- a través del discurso de la parte femenina en monólogo (puesto que la otra parte está muerta, aunque a los ojos de ella, como si no lo estuviera) a una pareja tipo de esa época, católica, clase media, padres de cinco hijos. Ella ama de casa religiosa, realista y pro-franquista. El catedrático, periodista, ateo y republicano de izquierdas.

Elección de pareja errada, pero común y corriente para la época, hoy se hubieran divorciado por incompatibilidad de caracteres: Veámoslo, recordemos que siempre es desde la perspectiva de Carmen. Mario, aunque quisiera, no puede responderle.


¿Amor? Mucho no había, ni siquiera al inicio de la relación: "cariño, tenías bien poquito que gustar, francamente, y yo como una romántica y una tonta, "ese chico me necesita" , ya ves a esa edad, me emocionaba sentirme imprescindible, gajes, que mamá con ese ojo clínico, que no he visto cosa igual "nena, no confundas el amor con la compasión", date cuenta, los puntos que calzaba. [...] El caso es que me dabas una pena horrible[....] "(P.113)

"Si hasta para declararte fuiste roñoso, querido! Buena trabajina me diste pero me lo había prometido, "¿quieres ser mi novia? " ya ves que formas, " ¿a que ton?" "Pues porque si", la cabezonada, "¿de modo que porque si se hacen novios dos personas?", que tú como un niño maleducado, mira que eres, "me gusta estar contigo", que yo tenía que contener la risa, te doy mi palabra, "si te gusta estar conmigo será por algo, no?", que acabaste por pasar por el aro, zascadil, ¿o es que ya no recuerdas? "porque te quiero", que yo te dije, me acuerdo como si lo estuviera viendo, en la Fuente del Angel, en el segundo banco, según se entra por la pajarera a la derecha, "eso ya es otra cosa" (P. 114)

¿Sexo en el matrimonio? Desde el inicio, aburrido y por obligación procreativa. El feo de la noche de bodas es alucinante: "[....] en viaje de novios, que me hiciste pasar una humillación que no veas, un desprecio así, que empiezo por reconocer que yo estaba asustada, que sabía que tenía que pasar algo raro, por lo de los hijos, a ver, pero creí que era una vez sólo, palabra de honor, y estaba resignada, te lo juro, sea lo que sea, pero tú te acostaste y "buenas noches", como si te hubieras metido en la cama con un carabinero[....]" (P. 97)

¿Pasión o posesión? ¡qué confusión! : "Ahora, un poquito de pasión, por mucho que digas, fundamental. Mira, Armando, quince años casado, de vuelta de muchas cosas pero a él que no le miren a su mujer[...] [...] menudo escándalo, le pegó un puñetazo al tipo aquel que hasta partió las carteleras y todo, sólo por echarla el humo al pasar, sólo por eso, date cuenta, que es por lo que me chifla a mí Armando, que será todo lo brutote que querias, pero es sano, como muy chapado a la antigua, con unos principios, ya me comprendes. A las mujeres nos gustan los hombres con unos pocos más de arrestos, querido, que defendais lo que es vuestro, que os mateis por nosotras, si es preciso".(P 108).

De fidelidad y de roles: "[...] pero una es mujer de su casa, una mujer como debe ser, vosotros a descansar, que eso es lo que explotais los hombres; la bendición, un seguro de fidelidad, como yo digo, habeis comprado una fregona, una mujer que de dos os saca cuatro ¿quémás vais a pedir? Así es muy cómodo, que, mientras vosotros, ¡hala!, todo el monte es orégano, lo que os da la gana. Como eso de que llegaste al matrimonio tan virgen como yo, mira, guapín, eso se lo cuentas a un guardia, una bola asi, y venga, "no me lo agardezcas, fué ante todo por timidez", ¡qué timidez ni que ocho cuartos!" [...] " Virgen tú! Pero ¿es que crees que me chupo el dedo, Mario, cariño?" (P. 97)


¿Comprensión y apoyo mutuos ante las crisis? Cero al as y por partida doble:

La crisis de ella: "Me haces gracia con eso de que con la verdad por delante se va a todas partes, me río yo, que contigo no hay razones, porque ¿quieres decirme a dónde has ido tú, cariño? coche todo el mundo y tu mujer a patita, eso, que no tienes ni dónde caerte muerto, ¡Válgame Dios! [...] " (P. 96) "[...] pero un Seicientos... Un Seicientos hoy hasta las porteras, cariño, que no es que exagere, ya ves los domingos en la calle, cuatro muertos de hambre y nosotros" ( P. 106).

La crisis de él: "[....] y cuándo te dió la depresión o eso, ídem de lienzo, qué tú pesadísimo, con la frivolidad y la violencia, que lo que Valen [una amiga] decía "Mujer que manera tan pesimista de ver las cosas!", pués Esther [otra amiga, de toda la vida] hijo, que te comprendía muy bien , cómo no, y que abriésemos una revista a ver de qué otras cosas hablaba que no fuese de princesas de vacaciones o de matanzas en el Congo. Un pico de oro, cariño, que ella no hablará mucho pero cada vez que abre la boca es para poner punto final, madre ¡qué ínfulas!, parece un predicador "Mario tiene cosas dentro, pero entre todas le quitais voluntades!" (p. 98)


¿Admiración y/o respeto por el otro? ¡Cómo para que Mario, no tenga la crisis de su vida! Qué sólo e incomprendido se ha debido de sentir:

"Si un día se quemase "El Correo", que felicidad Mario, créeme, que lo que estais haciendo en el periodicucho ése es labor del demonio confundiendo a los infelices y llenándoles la cabeza de pájaros, convéncete, testarudo, que tienes la cabeza muy dura y nunca te has dado a razones, que la soberbia es lo que te repudre, cariño, siempre el yo por delante y no digas que no... [...] (P 115) ¿como podria?

"Ya sé que me pongo pesada pero no me cansaré de repetirte, borrico, que hay que poner ardor en las cosas que de verdad merecen la pena en lugar de gastar el tiempo escribiendo patochadas que ni te dan dinero, ni le interesan a nadie, que ya oiste a papá, en otra cosa no, pero en eso de escribir no es un cualquiera, de sobra lo sabes, que me saca de los cabales que te hagas el tonto"(P. 108) Verdad, verdad, que Carmen lo alentaba mucho en su trabajo... ¿no?

Y ella, ya lo dijimos antes, se debía de sentir la fregona y de a pié.

Continúa en la siguiente entrada


.'.

9 comments:

Hada Saltarina said...

Hace muchos años disfruté enormemente este monólogo en el teatro representado por Lola Herrera. Sí refleja un tipo de relación que por desgracia se da bastante, pero quizá porque no se supo trabajar el amor. Yo creo que el amor es algo más que tener todos los puntos de vista compartidos; a veces, es esa complemetariedad desde el respeto lo que descubre el verdadero amor. Un abrazo y muy feliz fin de semana

Pedro Ojeda Escudero said...

Es uno de los mejores análisis psicológicos que he leído sobre esta novela. Esclarece el argumento, la sociedad de la época... y es todo un elogio a la certera mirada de Delibes.
Gracias, Myriam.
Un beso.

Asun said...

Vaya, veo que nos has preparado lectura extensa para el fin de semana. Pasaré en otro momento a leerlo con más calma.

Besos

Paco Cuesta said...

Voy a la segunda parte

Teresa said...

Matrimonios de cliché.

Asun said...

Ya estoy de vuelta.
Yo también vi la representación teatral de Lola Herrera. Magistral.

Me ha encantado esta primera parte con el análisis de cada uno de los aspectos de la relación.

Leo la segunda y comento más ampliamente.

Un beso

Belkis said...

Estupendo análisis el que haces de la obra de Delibes. Personajes muy propios de la época y aunque parezca mentira, exiten aún más de lo que parece. Confusión de sentimientos, falta de decisión, compasión en vez de amor, nada de admiración, etc. etc. y + etc.
Besitos mi niña y gracias por dejarnos siempre algo de cultura.
Feliz domingo!!!!

Abejita de la Vega said...

La Menchu de "Cinco horas con Mario" es uno de mis personajes favoritos de Delibes, por lo tonta e inaguantable. ¡Qué reproches hace al pobre Mario ! ¿Qué afán de aparentar! Tu análisis es muy bueno, me lo guardo.
Besos, Myriam

Carmela said...

Interesante post!
La típica pareja despareja .
Delibes enfoca con profundidad una temática típica de una época marca por la rigidez y la necesidad de sostener apariencias.
Tu análisis me llevó a pensar que relaciones de esta naturaleza siguen ocurriendo en la actualidad.
Un monólogo pos morten : Imperdible!!
Las demandas de Carmen son en cierto modo graciosas : "Como si te hubieras metido en la cama con carabinero."!
Le pasa factura. Una factura tardía.
Muy bueno Myriam!
Predispone a la reflexión!